Anoche estaba tirada en la alfombra pensando porqué el mes de septiembre fue tan depresivo y no tenía ganas de hacer nada, ni de ir al trabajo ni de estudiar ni nada.
Mis pensamientos junto con algo que aun no puedo explicar muy bien, irónicamente me dieron una explicación a considerar. Tal vez suene obvio, pero yo nunca habia pensado tanto en eso.
Mi vida no es un objetivo que cumplir, como ser una buena antropóloga o viajar un montón, o trabajar para la national geographic. Mi vida la componen aquellos pedazos llamados popularmente días y estos días cobran un significado cuando tengo esperanzas e ilusiones. En mi caso, la esperanza de cumplir mis sueños y de vivir plenamente me la da el Gran Jefe, pero en realidad el punto no es el objetivo sino el día a día para llegar a él ¡Eso es vivir!
Y si eso es vivir, quiero dar el máximo todos los días, no importa si a veces tengo pereza o me siento culpable por no hacer algo que "debería" haber hecho.
Espero que esto no suene rudo, pero si me llegara a morir hoy, no lamenten que tenía un gran futuro por delante y que no cumplí los objetivos de los que tanto les hablé, mejor celebren que tenía una vida completa porque viví al máximo cada día que la conformó.
